Marie Kondo, la gurú del orden, ha conseguido a sus 33 años crear una metodología para alcanzar la felicidad basada en el orden. La joven japonesa asegura que si nuestra casa está ordenada conseguiremos mantener ese orden en la vida y por tanto, alcanzar la felicidad más fácilmente. En nuestra casa, probablemente uno de los lugares donde menos orden hay es la cocina. Utensilios que no usamos, neveras llenas de comida, trapos que no limpian… ¿Quieres saber cómo aplicar el método Marie Kondo a tu cocina? Aquí te damos algunas claves
1. Analiza de forma objetiva nuestra cocina
Eso de que en la cocina todo vale no es cierto. Al menos para la autora de «La magia del orden». Marie Kondo asegura que en la casa y por tanto en la cocina, es necesario hacer limpieza de aquello que no usamos. No es que haya que tirarlo, lo que podemos hacer es guardarlo en una bolsa y ofrecérselo a amigos o a alguna persona que realmente lo necesite. Si todos miramos en la cocina, encontraremos utensilios, recipientes y fuentes que hace mucho tiempo que no usamos. Vamos a poner orden de una vez por todas en la cocina.
2. Deja a la vista lo que usas verdaderamente a diario
¿Seguro que utilizas las dos tostadoras? Y esa vajilla que te regalaron para las ocasiones especiales, ¿realmente la has estrenado? Son preguntas que nos ayudarán a tomar decisiones. Según este método, solemos almacenar «por si acaso» aparatos, pequeños electrodomésticos (como cafeteras) o recipientes que no usamos. Es el momento de sacarlos de los armarios, de los cajones y de los gaveteros y quedarnos solo con aquello que necesitamos. Insistimos: lo que no usemos se lo podemos regalar a algún amigo que esté estrenando casa o a alguna ONG. Esto hará que puedas aprovechar mucho más el espacio de almacenamiento que tienes en la cocina.
3. Encimeras despejadas
Trata de no dejar encima de las encimeras utensilios, fuentes, fruteros… deja las encimeras de la cocina lo más limpias posibles y lo más despejadas que puedas. Así, la sensación de orden será aún mayor y visualmente te apetecerá pasar más tiempo en la cocina. Por eso, es fundamental que ordenes el interior de los armarios y cajones para «esconder» aquello que sueles tener por medio. La «limpieza visual» de la cocina te ayudará -sin duda- a disfrutar de una cocina más ordenada.
4. Potencia los espacios sin trastos
En el método de Marie Kondo, en la cocina debe reinar el orden. Eso ya lo sabemos. Pero eso, en cocinas pequeñas a veces cuesta aún más. Sin embargo, no por ello es imposible y lo que ella propone es analizar cada espacio y buscar soluciones, pero nunca tirar la toalla. Quizá en una cocina pequeña tengamos que prescindir de muebles auxiliares, de sillas y mesas donde comer y despejar el espacio para no tropezarnos y disfrutar más del mini espacio que tenemos disponible.
5. Clasifica tus alimentos
Una de las partes más importantes de esta teoría es clasificar los objetos y alimentos por categorías. Si estás pensando en hacer una reforma en la cocina, aprovecha para instalar clasificadores que te ayude a categorizar los alimentos: especias, frutas, verduras, legumbres y pastas, por ejemplo. De esta forma se mantendrán en mucho mejor estado. Además, guardarlos en recipientes de cristal nos permitirá tenerlo todo más ordenado que en las cajas de cartón en las que suelen venir cuando los compramos en el super.
6. Es el turno de la nevera
¿Cuánto hace que no revisas los alimentos de la nevera? Seguro que tienes una salsa de soja que abriste hace tiempo y que ya ha caducado… El método de Marie Kondo te invita a analizar bien la nevera, a limpiarla a fondo y retirar los alimentos que no vas a consumir o que no están en buen estado. Esta teoría -de alguna forma- también obliga a ser más responsables con la lista de la compra. Hay que cambiar el chip y no comprar de forma impulsiva en el supermercado. Es mejor, comprar aquello que realmente sabemos que vamos a consumir. Nada más.
7. Al final: una cocina en la que da gusto estar
Toda la teoría está bien pero al final, ¿qué objetivo persigue esta filosofía nipona? Ni más ni menos que disfrutar de una cocina en todo su esplendor. Es decir, que la cocina no sea un campo de batalla lleno de alimentos, trastos o utensilios que molestan. La cocina debería ser una estancia en la que nos apetezca pasar tiempo, disfrutar cocinando y no un lugar en el que ningún miembro de la familia desea estar.